viernes, 15 de octubre de 2010

ROBERTO LU5EUV y un CUENTO de TERROR

 CUENTO  DE  APARECIDOS  Y  AMIGOS  FIELES
Escribe: Roberto D. Kucharczuk – LU5EUV

Que un CEMENTERIO, no es el lugar mas apropiado para una cita.
¡ YA LO SE !
Lo sabemos todos, pero esta se dio así…

Llego la invitación a mí CELULAR.
Mensaje desconocido.
Texto:
Espero encontrarte en la Sección 14, frente a la Sepultura 49. A las 23,30 horas.
El portón del cementerio, parecerá cerrado. Solo empújalo y entra.
Te estaremos esperando.

¿Cuántos mensajes pueden llegar equivocados?
¿Cuántos con el ánimo de cargosear y molestar?  
Tal vez solo con el ánimo de interrumpirme, en mi programa de RADIO.

¡ Bueno ahora saben cual es mi profesión !

Soy locutor en una de las radios más escuchadas de esta Ciudad.
 ¡ Y sí…! siempre puede se que se filtre algún descolgado.
Aunque por lo general, son pedidos imposibles de cumplir.
Mi programa no es una bolsa de trabajo. Tampoco estoy para pasar el número
de cuentas bancarias para depósitos, con el fin de recaudar fondos para operaciones,
sillas de rueda y cuanta cosa se les ocurra.
Para eso la emisora cuenta con gente idónea, en el horario adecuado para ese fin.

Yo solo les pongo la música a los oyentes, la que selecciono minuciosamente para
cada programa.
Con buen ánimo los entretengo, evocando los recuerdo y momentos agradables de
nuestras vidas.
Y quienes gustosos escuchan MI PROGRAMA, me alientan a seguir adelante.

¿ PERO ?...Este mensaje tenía algo irregular, algo especial.
Fue distinto a los demás.
Todavía no se como explicarlo.
NO SE LO COMENTE A NADIE.
A nadie hasta hoy…
Ahora ustedes también lo saben.

Claro que fui a la sita.
Sin dejar aviso alguno, me dirigí al lugar.
Conduje mi auto y me detuve al llegar, frente a las rejas de la entrada al cementerio.
Deje las luces altas encendidas.
Estas rompían la niebla, dejando ver las sepulturas
más cercanas al portón de entrada.
Baje del auto y me encamine al gran pórtico.

Me detuve y trate de empujar la pesada reja.
Esta se movió sin ofrecer mayor resistencia.
Seguí en todo momento, las instrucciones del mensaje recibido en mi celular.

Al trasponer el umbral, las luces de mi auto se apagaron. Y la niebla se hizo más espesa.
Era un manto que me envolvía, me asustaba y me seducía a la vez.
En un momento perdí el sentido de dirección, que rumbo tomaba.
No se si avanzaba o estaba retrocediendo.   
Pero de algo estaba seguro.
Quería estar en cualquier otra parte, menos allí.
En ese lúgubre lugar.

De pronto la niebla pareció disiparse, en una dirección de la cual provenía una tenue luz amarillenta.
Me fui acercando a ella. Pude ver tres figuras masculinas, una sostenía en alto un farol, de los que se alimentaban con kerosén. Y más atrás una figura femenina los acompañaba también.

No escuche palabra alguna. Pero es como que hubiera un dialogo telepático.
Mi cerebro recibía un mensaje. Un mensaje como antes lo recibió mi celular.
Así fue…esa especie de breve comentario, llegando a mí como una orden.

La niebla comenzó a espesarse nuevamente, la luz a ser más débil, a alejarse de mí.
Pero antes de perder contacto con aquellos extraños visitantes. La silueta femenina extendió
su mano, como ofrendándome algo que tenía en ellas.
Tuve que adelantarme unos pasos, para tomarlo con mi mano derecha. Allí es cuando los pude ver más de cerca. Se miraron entre ellos y me dio la sensación de un dejo de alivió o contento en sus rostros.
Pude ver sus caras quemadas por el sol, oscuras y una vestimenta que perecía de otra época. No se de los años 40 ó 50, que se yo…no entiendo mucho de moda. Pero daba esa sensación.
Fue muy rápido todo, la niebla me comenzó a cubrir nuevamente y las figuras se fueron desvaneciendo, como fantasmas del lugar que regresaban a su morada eterna.

No recuerdo más, estaba nuevamente en el pórtico, podía salir del cementerio.
Nuevamente empuje la pesada reja y ya estaba del lado de afuera.
Ahora con un frasco en mi mano derecha.
Lo metí en el bolsillo de mi saco y me dirigí al auto. Al llegar lo deposite en la guantera.
Aunque pensándolo bien…¿ Qué fue lo que paso allí ? ¿ Por qué mí presencia en el lugar ?
Baje nuevamente y me dirigí al portón, lo quise empujar nuevamente. Pero esta vez no cedió.
Y era claro, un pesado candado atravesado con gruesa cadena, lo impedía.
Pude ver el cartel que decía, visitas de 8,30 a 18 horas.

Pasaron varias semanas.
Y un viernes cuando me dirigía a la radio, para realizar MI PROGRAMA, como habitualmente lo
hacía. Al encender la radio del auto, escucho un pedido solidario.

Se necesita con extrema urgencia para dos pacientes internados en el hospital. Un suero de una característica muy especial. Solo puede ser extraído de una planta que se encuentra en las montañas del TIBET. Por la temperatura ideal del lugar, pero por su difícil acceso. Ya hace mucho tiempo que no se puede conseguir. Quién lo posea, presentarse a la brevedad.

Es en ese momento, que el sonido de mi celular se activa, con la entrada de un mensaje. 
Y al leerlo mi sorpresa es mayor.
Mensaje DESCONOCIDO.
TEXTO:
La vida de esas dos personas esta en tus manos.

Como las imágenes de una película, vienen a mi memoria las figuras de cuatro personas.
Aquellas que encontré en la visita de esa noche, tan particular en el cementerio.
Me acorde de aquel frasco en la guantera.
Instintivamente lo busque y allí estaba todavía.
Cambié el rumbo, para dirigirme al hospital. Gire hacia la derecha y tome por la avenida principal. No me llevo más de 15 minutos de recorrido para entrar por la guardia, lugar que solo estaba permitido para las ambulancias.

Deje el frasco en la entrada y me retire nuevamente con mi auto, hacia la RADIO, para hacer mi programa.
PERO YA ERA TARDE…pude escuchar que estaban repitiendo, la grabación de aquel que hiciera una tarde de invierno. Recuerdo todavía que hubo tanto revuelo POR LA NEVADA.
Que pensé que nadie me escucharía.
Hubo cuatro llamadas, tres hombres y una mujer. El tema estaba centrado en cuatro desaparecidos en las montañas del Tibet en el año 1953. Y los cuatro parecían conocer detalles muy particulares de aquella expedición.
En esa grabación están sus nombres y comentarios.

A la mañana siguiente, comprendí que debía volver a hacer una nueva visita al cementerio.
En las oficinas no figuraba registro alguno, de personas que hubieran ingresado para la fecha de 1953, participantes de expedición alguna.
No conforme entonces, decidí hacer algunas averiguaciones extra, con los cuidadores de tumbas.

En un principio sin mayores resultados. Hasta que di con un señor mayor.
Conocedor de historias y relatos particulares a distintas épocas, por su antigüedad en el lugar.

Comentado mi propósito, me llevo a un lugar un poco apartado.
Me puso frente a una tumba sin cuidados, cuya inscripción decía NN.
Pero él sabia que en su interior se depositaron cuatro cuerpos.
Tres masculinos y un femenino en el año 1955. Provenientes del exterior.

Fecha de la REVOLUCIÓN en aquel momento, para derrocar a Juan Domingo Perón presidente de los Argentinos.
La cruenta pasada de los aviones descargando sus pesadas bombas en la Casa de Gobierno, en cercanías a la Plaza de Mayo en Buenos Aires. Sembró de cuerpos mutilados el lugar.
Fueron tantos cuerpos que entraron para esa fecha en el cementerio, traídos por los militares, que coincidió con la llegada de los cuatro del extranjero.
Quedando olvidados ó perdidos sus datos particulares. Desaparecidos en 1953, fueron recién encontrados en 1955, por una patrulla de exploradores en las montañas del Tibet. Y luego traídos a Buenos Aires, coincidente con esa desgraciada circunstancia histórica y trágica.
No tenemos ni sus nombres.

Le agradecí al buen hombre, ofreciéndole un dinero. Y me retiré del lugar.

A la tarde pase por la radio, para retirar la grabación del programa pasado en mi ausencia.
Pero el operador sorprendido. Me dice que no hubo ningún programa grabado de los míos en el aire, el último viernes. Que solo se dedico a pasar música del estilo acostumbrado a la programación habitual. Y de hecho me pregunto, por que había faltado ese día.

¿Pero que es lo que había escuchado, aquel viernes desde la radio de mi auto?

CREANLO O NO, PARA ALGUNOS SON SOLO CUENTOS DE APARECIDOS.

En el cementerio hay cuatro tumbas nuevas, cada una con un nombre, que para mí ahora, me era más que familiar. Tres masculinos y un femenino que formaron parte de una expedición muy particular.

En mi programa de radio solo los puedo entretener, paso música y comentarios.
Ahora se también, que me escucharon desde un lejano lugar…
CUATRO AMIGOS…cuatro OYENTES muy especiales.
Aquel día de julio de 2007…
Cuando nevó en Buenos Aires.

Escrito por: Roberto Daniel Kucharczuk – LU5EUV

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